miércoles, 12 de noviembre de 2008

Demonios de Otro Reino / Demons From Another Kingdom


No todo está perdido y nosotros también


Mauricio Torres Paredes


Los discursos se construyen, de una u otra forma, desde la elevación hegemónica que se instala por medio de una cultura dominante, que a nivel simbólico, instala supuestos racionales generadores de objetividad.


La complejidad que sitúa a la poesía hoy por hoy desde un discurso menor, alejado de las condicionalidades tradicionales que en antaño se habían configurado, y las cuales suponían a la poesía como palabra, lenguaje y designio elevado, admite entender que ya no se encuentra en el lugar sitiado de antaño.


La poesía, simulando un cuerpo inoperante y desgastado en su transitar, vigilado por la decadencia capitalistica accionadora de deseo y consumo, acallada por la virtualidad globalizadora de multi-tecnologías generadoras de ficción, finge su desmoronamiento. Si nació en la mismisidad del hombre-bestia, se enorgullece de descansar por algún momento de la bestia-hombre.


Es así como los poetas corrientes y debilitados, como sus incondicionales los vampiros, con los cuales nacieron de la misma fase orgánica, dolida y atormentada, conjeturan un devenir esquizoide en el cual los discursos del caos desemejantes, supondrán inacabados restos de palabras, posibilitando a estos despojarse de su oprimida condición tradicionalista. Tal nos dijera un escriba como Nietzsche, transformados he visto ya a los poetas, y con la mirada dirigida contra ellos mismos. Penitentes del espíritu los he visto venir: han surgido de los poetas.


En estos momentos Leonor Dinamarca nos afirma desde la sanción más elemental del control, que la poesía es profecía. Adentrémonos en esta afirmación. Si bien la poesía se desplaza condicionada bajo el alero de la piedad, ocupando los sentidos como dispositivo del sentir, la poesía sería la posibilidad de permitirse desde la palabra, disponerse desde lo figurativo. Sin embargo en este no figurar de la poesía en un espíritu hipermodernizado, la instalaría convenida a ser desmitificada. La palabra no nos sirve sino para aproximarnos a la duda, a la curiosidad, esa sería la disposición del plano profético, lo étero-profético, utilizando la caja de herramientas, según Foucault, de la cual cada uno dispone.


Que es la vida, el destino, los sexos, el compromiso, el alma, los tatuajes, los piojos, las manos, los perros, el natre, la imagen, el dolor, sino especulaciones utilizadas para lograrnos identificar. Si bien lo absoluto quedó recostado bajo el cuerpo de algún ángel de la guarda que se cansó de su labor inoperante remplazado por la industria holivudense, como quién remplaza a un futbolista por no disponer de raiting. Da la idea de que la profecía hoy es otra.


Si tensionamos y colocamos en tela de juicio los mega-relatos en su totalidad, desde la caída de las ideologías hasta la muerte de Dios ¿quién se atrevería a dislocar, descomponer, alterar, encriptar a la palabra, el verso, la noción de designar y los sentidos que esta tiene? Comencemos por quienes supuestamente la conocen y la comprenden. El lector.


Posibilitar encontrar en la profecía una disposición sencilla, en momentos que la palabra es un vehículo de ilusión accionadora de goce, viabiliza decontruirla a imagen y semejanza de la bestia, o sea de nosotros, entendiendo como nosotros la cantidad de lamíados que en otro momento histórico objetivaríamos como noción.


La Poesía es Profecía es un ejercicio inacabado de sencillo análisis, tanto de la nostalgia, melancolía y el presente que nos toca vivir.


Este nuevo poemario de Leonor Dinamarca, La Poesía es Profecía, acude a darnos cuenta, como en un juicio kafkiano, de que la poesía la hacemos en nuestro eterno devenir, hay que leerla para adentrarse en su comprensión. Si bien vemos como la industria de la televisión concede discursividad contemporánea a telenovelas de época, Leonor Dinamarca, la poeta, nos inmersa en los designios temporales de antaño, sugiriéndonos la perdida más subjetiva de todas, la perdida de la noción y la añoranza de la poesía.


1 comentario:

BELMAR dijo...

El libro en estos tiempos de blogs y facebook es casi un fetiche, más allá de un objeto del deseo, es un esfuerzo que vale la pena aún ante la indiferencia general, un gran camino para seguir... FELICITACIONES!!!


Gracias por la invitación,
lamentablemente soy alérgico a Santiago...
Que sea todo un éxito tu evento!!!


P.D.: Luego me cuentas cómo lo puedo conseguir... ;)